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Glaucoma

¿Qué es Glaucoma?

Es una degeneración progresiva del nervio óptico y constituye la segunda causa mas frecuente de la pérdida de visión. Hay varias teorías de las causas que pudiesen provocar esta enfermedad, pero la mas conocida es el aumento de la presión intraocular (PIO), que al ser anormal (> 20 mmHg) provoca daño en el nervio óptico. El nervio óptico es un haz de más de un millón de fibras nerviosas las cuales se unen para llevar la imagen que se ve en la retina al cerebro. Al dañarse éste, el campo visual comienza a disminuir primeramente desde la periferia hacia el centro.

Formas de Presentación y Sintomatología

El glaucoma como enfermedad tiene muchas maneras de presentarse pero dos son las más comunes:

Glaucoma crónico de ángulo abierto: esta forma es la responsable de la mayor parte de los pacientes que presentan esta enfermedad. Aunque el ángulo de drenaje formado por la córnea y el iris sigue abierto, el humor acuoso drena lentamente. Esto lleva a una acumulación del líquido y a un aumento gradual de la PIO.

Esta forma de presentación generalmente no se manifiesta con síntomas, pues al no provocar dolor y al afectarse primeramente la periferia y no el centro del campo visual, el paciente no es capaz de percibirlo.

Glaucoma crónico de ángulo cerrado: este ocurre cuando el ángulo formado entre la córnea y el iris se cierra, provocando el bloqueo del paso del Humor Acuoso.

El aumento de la PIO es rápido y el daño progresa de la misma forma.
Esta forma si presenta síntomas y son:

– VIsión borrosa.

– Halos alrededor de las luces.

– Dolor de cabeza.

– Dolor ocular severo (mismo ojo en el que presenta la crisis).

¿Cómo Diagnosticar Glaucoma?

Los exámenes regulares de los ojos son la clave para detectar el glaucoma lo suficientemente temprano para un tratamiento exitoso.

Es recomendable realizarse exámenes oftalmológicos cada 1 a 2 años después de los 40 años y cada 1 año después de los 65. En caso de tener antecedentes de glaucoma en la familia los exámenes deben ser más rigurosos y con mayor frecuencia.

Para realizar el diagnóstico es necesario la realización de exámenes tales como:

– Tonometría (curva de presión).

– Campo visual computarizado o Goldmann.

– OCT de nervio óptico.

– Fondo de ojo.

El análisis certero de estos exámenes permite realizar el diagnóstico y poder iniciar el tratamiento adecuado para controlar la patología.

¿Qué hacer una vez que me diagnosticaron glaucoma?

Una vez que el glaucoma es detectado y se ha iniciado el tratamiento, su control periódico es de vital importancia en el seguimiento de la enfermedad y en la prevención del aumento del daño ya establecido.

¿Cómo se trata el Glaucoma?

En un gran número de casos, el tratamiento inicial consiste en usar gotas para los ojos, que tienen como fin el reducir la presión intraocular, y dependerá de las características de cada paciente el medicamento que el médico indique.

En un gran número de casos, el tratamiento inicial consiste en usar gotas para los ojos, que tienen como fin el reducir la presión intraocular, y dependerá de las características de cada paciente el medicamento que el médico indique.

El tratamiento deberá continuar de por vida, debido a que la enfermedad puede progresar o cambiar sin que se de cuenta. Cuando el glaucoma es muy agresivo y las gotas no son suficientes para disminuir la PIO a un nivel deseado, es aconsejable la cirugía.
Las técnicas quirúrgicas más difundidas son:

– Trabeculectomia: Es la intervención de elección en el tratamiento del glaucoma y consiste en establecer un medio filtrante que permita el paso del humor acuoso a través de una incisión en la esclera, haciendo un by-pass al tejido trabecular y permitiendo el drenaje del humor acuoso desde la cámara anterior hacia el espacio subconjuntival.

– Iridotomía con láser: se realiza para glaucoma agudo y de ángulo estrecho. Aún cuando el paciente haya sido sometido a una cirugía, debe permanecer en controles periódicos para evaluar la presión intraocular y el daño del nervio óptico.

– No olvidar: la prevención sigue siendo lo más importante. Asista 1 vez al año a tomarse la presión con su oftalmólogo.